23. CIPRÉS COMÚN (Cupressus
sempervirens). Familia Cuprescáceas. Tres ejemplares en la Senda: dos en el
patio de Primaria y uno en el de Secundaria.
Port. y gallego: Cipreste.
Catalán: Xiprer.
Vascuence: Gau-arbola (árbol nocturno), nekosta arrunta.
Inglés: Cypress.
Francés: Cyprès.
Su nombre procede de la isla griega de Chipre, que le ha
dado también nombre al cobre (de símbolo Cu).
EL CIPRÉS DE SILOS* (SONETO)
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Poema de Gerardo Diego (Santander 1896 – Madrid 1987).
Generación del 27. Dedicado al profesor de Literatura Española, el soriano
Ángel del Río.
*El Monasterio de Santo Domingo de Silos, en Burgos, donde
se refugió el abad Domingo procedente de otro monasterio benedictino, el
riojano de San Millán de la Cogolla, cuna del castellano. En su claustro, como
en tantos otros monasterios, hay un ciprés.
Distribución: su área natural se sitúa en el Mediterráneo
oriental, especialmente en islas egeas como Creta, la isla griega de Rodas, sur
de Turquía, Líbano y Libia (en estos últimos lugares, gran parte de los bosques
de cipreses fueron talados por el Imperio Otomano para construir sus barcos).
Su área actual comprende toda la cuenca mediterránea (por lo que se cree que lo
diseminaron los romanos) y otros lugares también de clima mediterráneo como
California o ciertas regiones de Sudáfrica y Australia. También se encuentra en
climas más lluviosos como las islas británicas o Nueva Zelanda.
Historia: en la antigüedad clásica, el ciprés estaba
consagrado a la diosa Artemis (Ἄρτεμις), divinidad de la caza, pero también de
los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos y la virginidad. Como
diosa de la caza se la relaciona con la romana Diana. Tal vez por su
consagración a Artemis o Artemisa, los griegos veían en el ciprés un símbolo de
la belleza femenina, pues la diosa era indudablemente bella, ya que despertó la
pasión de dioses y hombres. También fue y es un símbolo funerario, tanto que
también se le llama ciprés de los cementerios, sin duda por su verticalidad,
que une la tierra con el cielo, ayudando a las almas de los muertos a elevarse
hacia el cielo. Según el filósofo lesbio Teofrasto (Θεόφραστος), padre de la Botánica, el ciprés estaba consagrado a Hades (ᾍδης) o Plouton
(Πλούτων),
dios de la muerte y de la ultratumba, ya que no rebrotaba después de talado.
Según el naturalista romano Plinio el Viejo, muerto en la erupción del Vesubio
en el año 79, una rama de ciprés en la puerta de una casa era un símbolo
fúnebre. En otros lugares era un símbolo de hospitalidad. En la Biblia se cita
varias veces, estando construido con madera de ciprés y de cedro el famoso
Templo de Salomón y hay quien dice que hasta el arca de Noé y la cruz de Cristo
estaban hechos con madera de ciprés.
Usos: carpintería en
general, de ribera (construcción naval) y de muebles (ebanistería).
Tradicionalmente se ha usado para fabricar la guitarra flamenca. En farmacia,
su aceite esencial tiene usos astringente (antiinflamatorio, antihemorrágico y
cicatrizante), así como expectorante contra la tos. Sus hojas y conos
(gálbulas) se han empleado en medicina tradicional como remedio contra las
varices y la hemorroides. Sus facultades medicinales fueron descritas por
Dioscórides y por Font Quer.
Clasificación:
Gimnospermas (los cipreses son los únicos árboles de la Senda de este grupo)
del grupo de las Coníferas, dentro de la Familia de las Cupresáceas (árboles o
arbustos de hojas escamosas de distribución cosmopolita pero con mayor
presencia en el hemisferio norte, con casi 30 géneros; a esta familia
pertenecen las secuoyas, árboles más altos y más gruesos del mundo, que llegan
a vivir más de 2.000 años), y del género Cupressus,
que incluye unas 30 especies del nuevo y del viejo mundo. Algunos “cipreses”
no pertenecen a este género.
Descripción: Hojas
escamosas, como todas las cupresáceas, y estróbilos de 2,5 a 4 cm (mayores que
los del ciprés mexicano).
Presencia en parques
y jardines lisboetas: Tapada de las Necesidades, Jardín de las “Francesinhas”,
junto al Palacio de San Bento (Asamblea de la República), Jardín de la
Fundación Gulbenkian y Jardines de Belem.